sábado, 9 de mayo de 2009

Mis historias del tren

Rebuscando por el Facebook he encotrado un grupo "Yo iba a Catarroja y acabé en Silla/ Benifaio/Sueca". Es el grupo de aquellos que un dia con las prisas cogieron el tren equivocado. Yo por suerte fui avisado por un compañero de instituto, asi que nunca me plante en Silla. Se me ha encendido la bombilla y he pensado que podria poner algunas de las cosas que he visto en el tren. Yo no me plante en Silla pero una vez que llegaba tarde sali corriendo hasta el tren y me subi sin ni siquiera leer la pantalla de informacion, el tren estaba vacio, resulto que me equivoqué de tren no era el primero que estaba en el anden era el segundo, estuve unos minutos antes de salir del tren, no fuese a ser que alguien se hubiese dado cuenta.

En tren he ido unas cuantas veces de Alfafar a Valencia y viceversa, pero tambien de Valencia a Albacete. El tren que va de Valencia a Albacete es el Alaris que sigue hasta a Madrid, lo mas normal del mundo es quedarse dormido, y si nadie reclama tu sitio plantante en Madrid o el Alcazar de San Juan. Se de algunos a los que le ha pasado. Este tren es bantante rápido, pero tiene un gran inconveniente, por lo menos para mi, se ve casi todo el camino la autovia, y me pone algo nervioso ver a los que van en su coche tan tranquilitos. Aunque suelo ir casi siempre en viajes que van vacios, como en el coche de uno en ningun sitio. Una vez, cuando me estaba sacando el carné, me llevé un comic de Sin Chan para entretenerme. Me sente tranquilamente y empecé a leer, cuando el tren iba a salir llega una madre joven y un niñato, mal rollo. Al poco de haber salido llega a mi oido la voz de pito del niñato, -mira mamá tiene un libro del Sin Chan-. Aumenta el mal rollo, el niñato este es cuestion de tiempo que me pida el tebeo y me de el viaje. En mi natural antipatia debí lanzar una mirada de fuego a la madre, porque tranquilamente le dijo mas o menos que era mio y me tenía que dejar tranquilo. Ajo y agua que lo dice mamá.

A la vuelta de ese viaje estuve a punto de perder el tren. Para no tener sorpresas decidi reservar un billete para el tren de las nueve y cuarto. Muy amable una telefonista me dijo: -Antes de las siete debe recoger el billete en la estación de partida-. Sin problema. Bueno pues al final lo recogi a las seis y cincuenta y ocho minutos. y porque no habia nadie en la cola que si no me toca esperar a que quedase un asiento libre. Una vez recogido el billete me fui con los amigos que me llevaron a su piso, otro dia habria que comentar las historias que ha tenido que soportar el piso. La cuestión es que despues de casi dos horas sin hacer nada nos vino en gana comernos unas pizzas. Yo avisé que ya se estaba haciendo tarde, pero no sirivio de nada. Como no me hicieron caso terminamos por comer dos trozos de pizza sin masticar y saltandonos semaforos para llegar a tiempo. Los muy bordes no paraban de decir -hubiera sido mejor comernos la pizza tranquilamente, si total ya no llegas- y yo venga a decir -seguro que viene con algo de retraso-. Que cabrones el mal rato que me hicieron pasar. A ver como digo yo en casa que voy a llegar a las tantas un domingo. Ahora puede hacerles gracia si se lo recuerdo, pero a mi no me hizo ninguna, despues de decirles tres veces que se hacía tarde me empezé a mosquear, parecía que querían que me quedase en tierra. Me empecé a impacientar, pero tampoco podia quejarme ya que me hacian el favor de llevarme hasta la estación y ahorrarme el bus o el taxi.

Los primeros dias que fui a clase en tren habia un par de rumanillos que pasaban un papel para pedir dinero, a mi resultó bastante extraño. Primero te dejaban el papel para leerlo y luego te lo recogian, yo nunca les di un duro, pero al final terminaron por conocerme. Asi dejaron de pedirme dinero y me vino bien porque me daba pena decirles que no. Aunque mucha necesidad no tenian porque tenian unos cuantos dientes de oro a pesar de que no se afeitaban. Aquellos dias en el instituto Luis Vives fueron grandes días. Con un horario un poco chungo pero con casi toda la tarde para conocer Valencia entre clase y clase. Aunque la mayoria de los que tenian horas libres se iban a cualquier parque o cafeteria yo me iba de paseo o a ver tiendas de discos.

Personalmente me encantaba que la clases terminasesn mas allá de las diez, salir a la calle cuando ya nadie hay en la ciudad, cruzar los inmensos pasos de peatones con el semaforo rojo y no tener que correr. Aceras vacias. Las luces parecen que brillan de otra forma cuando la calle esta en silencio. Salir del instituto o de la universidad y que no haya nadie alrededor de la puerta holgazaneando. Solo gente en coches que estan deseando irse. La gran estacion del Norte casi vacia, poca gente esperando el tren, las mujeres de la limpieza mirando con mala cara a cualquiera que parece que va a tirar algo al suelo. El tren casi vacio, la gente deseando llegar a su casa, ahora van mirando el movil. Antes solo se oia alguna conversación, pero ahora puede que te toque a algun maleducado que grita por el telefono. Llegar a casa con hambre de verdad, porque hace horas que no pruebas bocado. Tambien me gustaban las carreras de peatones al bajar del tren, todos estan deseosos de llegar rápido a casa asi que aceleran el paso inconscientemente.

Tambien he visto cosas que no me gustaron, una vez un tio meando en medio de la calle. Un yonqui me pidio de dinero, le dije que no tenia, me respondio que le jodia registrar a la gente y descubrir que sí que tenian. Pocas veces he andado tan rapido, y he deseado ver gente cerca. Menos mal que no me registró porque aquel día llevaba dinero para comprar un libro,. Otra vez me pidio otro más original: me enseñó los papeles que mostraban que acaba de salir de la cárcel, a este si que le di. He visto gitanillos que molestan a la gnete o tratan de llamar la atencion haciendo cosas que no debian. Tambien he visto a revisores llamarles la atención. A un revisor una vez le enseñé un billete de dos días antes y no se dio ni cuenta. Antes de que quitaran las pesetas hice limpieza metiendo muchas monedas en la maquina, el señor de la taquilla no las tomaba pero la maquina sí.

En otra ocasión me senti bastante mal, estaba sentado en el asiento de al lado de la puerta, el mejor asiento para ganar la carrera de peatones, y entró una mujer que iba muy lenta y tenia mala cara, yo no le di importancia, solo me fije que tenia una figura un tanto extraña, solo pensé -joder que mujer más mal hecha-. La mujer estuvo de pie parecia que esperaba algo, yo no sabia el que ni me lo imaginaba asi que segui mirando a traves de la puera a la poca gente que iba o venia por la estación. Arranco el tren y poco a poco me fui fijando en la figura de la mujer, y me fui dando cuenta de lo que estaba esperando, asi que me levante en silencio y me fui a hasta un rincon, ya ganaría la carrera otro día: estaba embarazada. La verdad es que habia que mirarla bien para darse cuenta que estaba embarazada.

Seguro que me han pasado mas cosas pero no me acuerdo, para la próxima entrada dejo las historias del bus.

2 comentarios:

  1. hola pinpin. Tres cosas:
    1. no me he retirado lo que pasa es que no puedo superarte pero sigo estando de espiritu en el blog.
    2. en el titulo del blog pone segoiva
    3. esta entrada no ha sido de las mejores
    Pd. no es que este resquemorosa porque me elimines, es mi opinion

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  2. Pues yo no he viajado tanto como tu en tren...pero una vez, viaje con una familia de andaluces que iban a las fallas, todo el vagon era para ellos, no veas el viaje, chistecito para arriba chistecito para abajo, mejor dixo que entre el soshos y la pixa la cosa estaba entretenia...y otra vez casi me hacen bajar, en la primera parada, porque me sacaron un billete con un descuento que no me correspondia, entre otras cosas porque no soy militar, el revisor estaba un poco quemado porque el día de antes,domingo, casi todo un vagon iba con billetes que no eran suyos y decidio hacer justicia y revisarrr todos todos y todos los billetes, yo escuchaba como se lo contaba a otro compañero pero estaba cerca de mi asiento y ya no podía desaparecer a la cafeteria o al baño o donde fuera...que cara se le puso...pero la mia...me parecía al gato de shreck y jeje funciono...llegue a mi destino. Desde entonces, el billete lo que me cueste, que a veces lo barato sale caro.
    Esta entrada no esta mal, pese a otros comentarios, solo ha sido un poco larga, pero lo dicho, que tienes mucho talento.

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