lunes, 28 de febrero de 2011

Compañeros de viajes

He dedicado entradas a mi hermana, a Pitusin, a las joyas de la corona, hasta al coche de un amigo y aun no había dedicado una a mi compañero de viaje en el camino de la vida: Jamc. Otra entrada inspirada en otra canción. Dicha canción habla de que nada deja tanta soledad como ver que se aleja de ti tu compañero de viaje. Nunca pensé que esto llegara a pasar, tampoco me pare a pensarlo nunca.

Pero llego el día en que Jamc se tuvo que ir a vivir lejos, bastante más de lo que yo esperaba. También por cuestiones que nunca pensé, porque tampoco me pare analizarlas: Jamc aprobó una oposición y lo destinaron lejos. Nunca pensé que diría: he decido sacar una oposicion. Se fue primero cuando tuvo que preparar la oposición, no físicamente pero casi, pues durante meses no salió. Así que si durante estos meses al regresar de madrugada más afectado de lo que debería por el alcohol no hubo charla, no tratamos de buscar soluciones a los problemas. Simplemente llegaba al callejón y tenia que abrir la puerta sin mirar a las ventanas por si había alguien pendiente. No hubo tampoco rajadas de nadie, supongo que una cosa por la otra. Se acabo la rutina de ir a su casa a echar la prenoche con su padre, no dire el nombre en clave para que ningún bocazas se vaya de la boca. Se acabo el caminar hasta los amigos haciendo un rápido repaso a la actualidad semanal, o el plan para la noche. Aquellas pequeñas rutinas que no echas en falta hasta que no las tienes.

Como Jamc y yo somos primos hemos crecido juntos, no tengo pues, un primer recuerdo de él, aunque si que tengo muchos buenos, pues hemos crecido juntos. No es como otros amigos a los que fui conociendo cuando tenia mas edad y recuerdas la primera vez que los ves, surgen una primera imagen o prejuicios que cuando los vas conociendo desaparecen o se modifican. Cuando Jamc y yo eramos pequeños juntábamos los playmobiles, sinergias que decían los del departamento de dirección de empresas: la unión de las diferentes partes es mayor a la simple suma. Su padre sabia cuando discutíamos porque en lugar de darnos de tortas o ponernos de voces cada uno cogía su parte de los juguetes y se iba para su lado, todo silencioso. Partidos de futbol en cualquier rincón donde pudiésemos dar dos pasos. Los sprints con la bici donde siempre ganaba por milésimas aun cuando era un canijo y yo por edad tenia mas cuerpo, aquella bici roja en la que le enseñe a montar. Depues de los juguetes la videoconsola, donde él dominaba los juegos de plataformas y yo los de carreras de coches: aquellos partidos del FIFA 94, los interminables peloteos del supertenis o las mundiales de Formula 1 en el Nigel Mansell, que resolvían por el numero de segundos puestos con Gerhard Berger. Luego el ordenador de su hermano y las ligas promanager en el Pcfutbol, Allou, Freund, Giggs, Babbel, y tantos jugadores con media elevada, que podía acabar cuando a la directiva se le antojaba: la directiva considera que tu trabajo no es suficiente, o algo parecido: estas despedido.

Luego llego el turno de conocer el mundo de la noche. Aunque al principio cada uno por su lado, no tardamos mucho en volver a caminar juntos: Fiestas de la cerveza en casa, botellas de ponche entre cuatro para echar la charla en lugar de ir a ligar, mano a mano con una botella de whisky sin hielo, a base de piedras. Yo dando la nota cuando en realidad él iba peor que yo, pero no se le notaba. Desahogos contra papeleras u otros mobiliarios urbanos, improperios que no venían a cuento contra la gente de Murcia, viajes con la excusa de ver un partido de Futbol, unas cuantas horas en el coche para ir o venir de ninguna parte, y muchas canciones de Suaves, siempre Los Suaves.

Siguiendo con los Suaves decidio no hacer caso de una de sus canciones, cambio de vida. Cuando se fue a vivir lejos me sentí un poco mal, pero no pude decir nada pues era una sensación egoísta, yo me sentía mal por mi, pero sin pensar que era lo que el quería. Pero es que desde entonces tenía que cambiar algunos aspectos y no soy yo muy abierto al cambio. Ahora con el paso del tiempo desde que vive lejos, aunque no muy lejos pienso que debi haber ido a verlo antes, pero no se porque voy retrasando este viaje pendiente.

Dudando si publicar esta entrada pille una borrachera tonta, de esas que no esperas. Pensando que poner sono el timbre, fui a abrir sin mirar quien era, nada mas abrir supe que ya estaba lista para que la leyese quien lea mis miserias. Además la canción dice que no hay distancia suficiente para que volvamos a caminar juntos otras vez, seguro.