domingo, 15 de enero de 2012

La inspiracion

He perdido la inspiración, aunque tengo varias entradas pendientes de publicar por mas vueltas que les doy no me terminan de gustar y ahí siguen cogiendo polvo, sí es que dentro del ordenador algo puedo coger polvo en formato word o pdf. Aparte de que no encuentro la forma que me guste a las entradas tampoco me vienen a la mente nuevas ideas, no se me ocurre nada mas sobre lo que escribir. Las únicas ideas que me vienen a la mente son sobre política y no quisiera escribir mas sobre política Tampoco es cuestión de darle vueltas siempre a lo mismo, aunque no haga otra cosa.

Algo tendré que poner sobre la inspiración por lo menos para que no caiga esto definitivamente en el olvido. Picasso decía que la inspiración le tenia que llegar trabajando para poder plasmarla, pero siempre he creído que no necesitaba estar trabajando, era un genio que supongo estaría siempre inspirado, lo único que debería hacer es trabajar para plasmar la inspiración. A mi la inspiración me suele venir justo cuando me voy a dormir, y claro, o me duermo y al día siguiente no me acuerdo de nada, o lo apunto en una libretilla y al día siguiente solo tengo una idea de la que no recuerdo la forma exacta, así que estamos en las mismas o peor, frustrado por no recordar exactamente lo que pensaba cuando escribí una pequeña frase. La otra situación en la que me inspiraba era en el autobús, pero ahora ya ni eso. Solo pienso que no tengo ganas de que llegue nunca mi parada. También he perdido parte de inspiración porque ya no tomo apuntes, no uso casi los bolígrafos, todo lo escribo directamente desde el teclado del ordenador, parece que no es lo mismo y aunque mi letra es horrorosa, nunca antes nombrado aquí, me daba la sensacion de que escribiendo primero a mano surgían mejores ideas. La verdad es que Picasso tenia razón, antes como practicaba mas el trabajo de escribir, aunque fuese tomando apuntes, tenia mas posibilidades de anotar correctamente aquello que me pasaba por la cabeza, no solo un esbozo.

En un libro de matemáticas del instituto, matemáticas e inspiración son temas antagónicos, al final de cada tema había una hoja de datos curiosos. En un a de ellas había un científico aburrido al que le gustaba la poesía renacentista italiana: Había hecho un estudio sobre un poeta y su amor platónico. Como no, el amor platónico estaba casada con otro y el poeta solo podía soñar con ella y escribirle versos, supongo que todavía no se había marcado el carácter italiano, pues un italiano de hoy le hubiese tirado los tejos estando casada, siendo lesbiana o hasta un cayo. El caso es que el científico loco había observado que la calidad de las obras subía y bajaba en función de un parámetro: si su amor era correspondido o no. Cuando la amada del poeta le hacia mas caso el poeta dejaba de escribir bien, se volvía un hortera, como cualquier italiano que se precie, que rebosaba azúcar en todos sus versos. Hasta tal punto que la amada lo mandaba a tomar viento y él caía en la desesperación, de aquí salían sus mejores versos, de nuevo a la amada se le derretía en corazón y vuelta a empezar. Y el científico a medir y tomar notas.

Puede que a mi me haya ocurrido algo parecido. Atrás la universidad, y de momento, trabajos precarios mal remunerados, no es que gane mucho ni sea este de momento en el trabajo de mis sueños pero me siento mas realizado en este momento que tiempo atrás. Así que por aquí no hay mucho de donde rascar. Para colmo otro de los sueños conductivos que tenia ya lo he realizado. Una de las entradas que tengo pendiente es sobre la ultima joya de la corona, a ver si me vuelve la inspiración y la termino, de momento aquí lo dejo.

También he realizado otro sueño conductivo que si se puede contar, aunque sea incumpliendo las normas de trafico pues he conducido un vehículo a motor sin la correspondiente licencia, he llevado un camión durante unos trescientos kilómetros, para cualquiera eso es trabajar pero para mi era y es un sueño, hijo de un camionero, no podía ser menos. Es una experiencia bastante normal, nada de grandes ambiciones, pero así soy.

Otra posibilidad sobre la perdida de la inspiración es el vacío que se padece cuando se alcanzan las metas a las que se soñaba llegar, el vacío del sueño cumplido. Una vez superado ese vacío uno se fija nuevas metas y de nuevo comienza a soñar con aquello que no se tiene, y se busca. También espero que en la búsqueda aparezca pronto la inspiración, trabajando o no pero que llegue.

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