miércoles, 1 de septiembre de 2010

El sombrero

Ya dedique otra entrada a la republicana, como no dedicarle al mejor de mis artículos definitorios, el sombrero, que ni es de copa ni bombín ni nada: es mi sombrero, así sin más. La idea del sombrero es muy sencilla: es una copia de Slash de los Guns and Roses, todo un mito del rock de finales de los 80. Mi admirado Iñaki "Uoho" de Platero y tu también utilizaba sombrero, ahora no lo se porque hace unos cuantos años que no lo veo en directo. Hasta Loquillo le de dedica una canción a un viejo sombrero. Puestos a pedir hasta Sabina se pone un bombín

Mi primer intento de sombrero fue en una fiesta de fin de curso del instituto, pero después de ir a dos o tres tiendas de los veinte duros no encontré ninguno, no pudo ser. Se me fue un poco la idea de la cabeza, hasta que en la Nochevieja del año 2000 al ir a comprar cuatro cosillas para el cotillón en el kiosko-papeleria del pueblo vi un sombrero negro de plástico malo, pero malo malo, sin dudarlo lo compre. Aquella noche no se dio cuenta mucha gente, hubo hasta quien no le hizo mucha gracia y me lo tiro al suelo, pero el primer paso ya estaba dado. Cuando llegaron las fiestas siguientes volví a sacar el sombrero, la gente ya se fue dando cuento que aquello no iva a ser flor de un día. Pero aquel sombrero de plástico tenía poco futuro, pues cada vez que alguien lo cogía se doblaba y daba la sensación de que se iba a romper, pero no encontraba otro. Estuve aun con el primer sombrero otro año, hasta que en las fiestas siguientes quedo hecho polvo, fue inevitable buscar otro. Por suerte ya había encontrado donde comprarlo: una tienda de disfraces, donde poder comprar otro mejor. Por desgracia el que compre era igual al anterior en forma, no de material, yo lo hubiese querido con la copa un poco mas alta, pero no pudo ser. No es que sea un sombrero para lucir, pero ya no es el primero de plástico malo.

El sombrero se pasa todo el año, guardado, solo lo saco en Nochevieja, en la cabalgata y las vaquillas de las fiestas del pueblo. Cuando comencé a ponérmelo estas eran las únicas fiestas dignas de sacarlo, pero con el pasar de los años han llegado las bodas de amigos y familiares, y cuando la cosa se anima es hora de sacarlo. También lo he llevado a alguna despedida, pero ahora me da algo de miedo que alguno a quien no le haga gracia acabe con él o que sea yo quien lo pierda. Así cuando la gente me ve aparecer con el sombrero es porque yo espero que la fiesta sea de las buenas a recordar.

El sombrero da bastante juego cuando se esta de fiesta, siempre hay quien te lo pide, hay que estar atento a que nadie se lo quede, también es un sinónimo de amistad o aprecio hacia alguien, a quien no me cae bien no lo dejo ni que lo toque, en cambiao se lo ofrezco amigablemente a quien me cae bien o aprecio, eso si siempre con la frase: -es de Huelva- o -mis piojos quieren volver a mi cabeza-. Con el sombrero se puede hasta ligar, si supiera claro, pues siempre hay alguna chica que no conocía a ese personaje del fondo del bar con un sombrero y una copa en la mano. La mayoría de la gente que no conoce el mundillo del rock ni sus mitos o estética me llama Tamariz, por el mago, cuando en realidad yo a quien quisiese parecerme es a Slash o al Uoho, así que junto al sombrero siempre hay quien quiere que le haga algún truco o que le toque el violín imaginario. Los que de verdad conocen los orígenes prefieren que les toque la guitarra imaginaria.

Ahora que han pasado ya tantos años de sombrero me da miedo, igual que con la bandera, a quedarme como el tonto del sombrero, pero es que tiene su publico y la gente me recrimina si no lo saco, no se puede contentar a todo el mundo.

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